Hoy es 13 de marzo de 2020, un viernes casi primaveral. ¿Te suena esta fecha de algo? ¿Recuerdas dónde estabas? ¿Qué estabas haciendo? ¿Había algún preocupado familiar a tu lado ese día? Sí, sí, correcto. Ese día fue lo del Estado de Alarma en España por el coronavirus COVID-19. Muy bien, buena memoria. Efectivamente, fue en Madrid.
Volvamos atrás en el calendario. Saltemos al año anterior. Ahora es 17 de noviembre de 2019, un domingo. ¿Crees que es un domingo más para el planeta? Seguramente, lo sea para ti pero, a miles de kilómetros, en un mercado de una gran ciudad de China, llamada Wuhan, un trabajador, o un comprador, no se sabe exactamente a qué se dedicaba, se acaba de infectar con un letal virus que va a poner en jaque a toda la humanidad. Efectivamente, un microscópico virus, a todos nosotros.
Adelantemos de nuevo dos meses y medio. Es jueves, 30 de enero de 2020. Viajemos a la ciudad de Ginebra, en Suiza. El director de la Organización Mundial de la Salud acaba de declarar la "emergencia sanitaria internacional", lo que viene a querer decir que en el planeta tenemos una pandemia. Aquel virus malo del mercado chino está machacando fuerte al humano. La bestia lleva ya casi 10.000 infectados, que se conozca, y 213 víctimas mortales en su macabro casillero de puntos. Nos gana por goleada... y sólo está calentándose.
Ese mismo jueves, se ha confirmado el primer paciente infectado en España. Un turista alemán, en la preciosa isla canaria de La Gomera. Menudas vacaciones en aislamiento le esperan al pobre hombre. ¿Sobrevivirá al virus?
Basta de adivinanzas. Ya no más saltos en el tiempo, atrás, más atrás, después adelante... Vamos a Madrid, luego a China, después a Ginebra, saltamos hasta las Islas Canarias...
Vayamos al principio...
Indice.
- Prólogo.
- La pesadilla comienza en 2019.
- Primeras semanas del 2020.
- 19 Enero, domingo.
- 20 Enero, lunes.
...
- 31 Enero, viernes.
- Nota del autor.
- Agradecimientos.
Prólogo.
Es viernes por la tarde. Trece de marzo. Llego de trabajar, bastante cansado. El Gobierno anunció ayer mismo que se cancelaban, de forma indefinida, todas las clases en el sistema educativo español. Esto va a ser una locura total, con los niños sin clases, en casa todo el santo día...
Hace un par de horas he recibido un email de la agencia de viajes. Se han cancelado todos los cruceros para Semana Santa, incluido también nuestro barco por Italia. En fin, qué se le va a hacer, a veces las cosas vienen así por algo...
Toca hacer la compra para la semana. Me dirijo a mi supermercado habitual. Todo el mundo me ha dicho que los lineales están casi vacíos, que no queda arroz, ni pasta, ni legumbres, ni leche, ni agua, ni carne ni, por supuesto, el codiciado papel higiénico. Cuando llego al súper, tras confirmar que es cierto lo que todos me habían advertido, compro para mi cesta semanal lo poco que han dejado...
Por lo visto, este asunto del maldito coronavirus va muy en serio. Parece que esta vez sí que nos toca. Aquí, en Europa, siempre pensamos que el problema no llegará hasta nosotros, que nos libraremos como tantas otras veces ha sucedido en los últimos tiempos, que nuestros estupendos gobiernos estarán a la altura de las grandes crisis, más aún cuando todos ellos, juntos y bien coordinados, sumen fuerzas en Bruselas, con el dinero que nos cuestan a los ciudadanos...
Pero no ha sido así. En esta ocasión, no. Las epidemias de la gripe aviar, del ébola, del virus Zika e incluso las del SARS y del MERS, que son también coronavirus, siempre han sucedido lejos. Muy muy lejos. En remotos países de Asia o de África, con miles de afectados y muchísimos...